No necesitaba más
Este documento procede de La conquista del aire obra escrita en
1998 por la novelista y guionista española Belén Gopegui.
Esta novela, en la que planteó la desestabilización de las relaciones humanas, fue la
tercera obra de la novelista y fue adaptada al cine dos años más tarde por
Gerardo Herrero con el titulo “Las
razones de mis amigos”.
“El núcleo de la historia, es la amistad, la
relación entre lo público y lo privado y la evolución de la izquierda en este
inicio de siglo”.
En el presente pasaje el protagonista y narrador
llamado Santiago, profesor universitario, treintañero, reflexiona acerca de su vida y hace el
balance de ella.
Consta de tres partes el fragmento.
Primero el lector se da cuenta de que el protagonista
acaba de vivir un momento crucial y de que está en ese período de la vida en
que hay que empezar a sentar la cabeza.
Luego evoca Santiago momentos anteriores de su
vida conectados con su infancia y su juventud.
Por fin, la última parte pone de manifiesto el
bienestar y la serenidad del instante presente.
En seguida en la primera frase el lector se da
cuenta de que el protagonista Santiago acaba de alcanzar un período importante
de su vida. Este momento se relaciona con un ascenso social y por lo tanto
económico. Por eso necesita él apartarse para reflexionar acerca de ello y no
sigue como de costumbre a los tres colegas que encontró en el corredor y que se
van al bar. Así prefiere aislarse para caminar en el campus,
cosa que nunca suele hacer pero benéfica para la reflexión.
Al proporcionar una descripción de la indumentaria
de Santiago, la autora nos indica al mismo tiempo un aspecto de la personalidad
del protagonista. En efecto, bien se ve que Santiago es una persona muy natural
a la que no le importa realmente lo superficial. Viene vestido como la mayoría
de los estudiantes y con su edad joven nada lo distingue de ellos. Prefiere
estar a gusto en su ropa y por eso lleva
“sus vaqueros de siempre” y una camisa que
compró con sus dos amigos Carlos y Marta (amigos de unos quince años y
protagonistas de la novela) cuando hicieron un viaje a Roma así como “una chaqueta nueva de lana con
bolsillos”. El empleo del artículo definido “la”
pone de manifiesto que Santiago tiene mucha afición a dicha camisa, que tiene historia ella, y hubiera
podido añadir a la sentencia el adjetivo calificativo “famosa”. Por añadidura el
empleo del adjetivo calificativo “vieja”
intensifica este sentimiento de afición. Así el lector tiene la impresión de
que no puede separarse de ella o que quizás sea su única ya que, como se verá
más arriba en el fragmento, la familia de Santiago tuvo que pasar apuros. Sin embargo es imprescindible notar que el
empleo de los adjetivos calificativos “vieja” y “nueva” recalcan el cambio en la vida del
protagonista. En efecto la camisa alude a la vida pasada del protagonista
mientras que la chaqueta alude a su presente.
Desde luego ni que decir tiene que Santiago se
está observando a sí mismo y lo que está viendo le gusta muchísimo. En efecto lo
que ha vuelto le gusta bastante y experimenta un sentimiento de confianza. El
protagonista disfruta del momento presente fumando uno de sus diez cigarrillos
diarios sentado en la hierba.
En la segunda parte Santiago puede juzgar su
pasado con mucha serenidad sin miedo. “La vida no le
pesaba”. Dicha sentencia confiesa lo difícil de una juventud pasada en
un pueblo cerca de Murcia con su familia. Ha vencido este pasado doloroso y lo
declara diciendo : “ estaba
consiguiéndolo”, “sin duda lo estaba
consiguiendo”. Es imprescindible notar que aquí no duda el protagonista
mientras que a lo largo de la novela va confesando sus dudas.
Revela al lector lo arduo de su juventud y nos
enteramos de que falleció su padre de súbito, y se quedó él con su madre y su
hermana. Hay un contraste notable con las palabras “voz”
y “silencio”. Y observamos aquí que parece
guardar rencor contra sus padres. Es como si tanto la voz de su madre( demasiada presente) como el silencio de su padre(ausente)
le molestara. Además alude a las dificultades que la familia tuvo que aguantar
tras la muerte del padre. Pasaron apuros (“angustia
económica”). Le fastidiaban también los
comadreos de su hermana en cuanto a los amoríos del pueblo, los relatos de su
madre a propósito de los altercados familiares y sobre todo le importunaban los
abrazos de su cuñado. Ahora “ese mundo ya no era el suyo, él sólo lo visitaba” ( hay que notar aquí el empleo del demostrativo
despreciativo “ese”). No encontraba su sitio en
este retrato familiar y en esa vida totalmente desprovista de interés. Por fin
pudo huir de “ese mundo”
muy ahogado allí en Murcia. Y al sentirse libre ya no era una pesadumbre lo de ir
a visitar a los suyos para el día de Todos los Santos o para Navidad: “Podía permitirse el lujo de ser generoso”. Con esta sentencia
casi se puede notar algo despectivo. En efecto se tiene la impresión de que
Santiago no sólo ha huido de “ese mundo” sino
que lo ha superado totalmente, finalmente se siente algo superior. Y ya no le
pesaba disfrazarse y vestirse como de costumbre en su familia los días
festivos, es decir con la corbata oscura, la camisa y los pantalones elegantes.
Aquí hace hincapié el narrador en los aspectos absolutamente opuestos de ambos
mundos, el suyo y el de su familia.
La quiebra entre su juventud y su vida actual la
formaliza también por la distancia existente entre Madrid y su pueblo. El recorrido de cinco horas en tren lo
satisface totalmente, representa el abismo que va haciéndose cada vez más hondo entre “ese mundo” de ayer y
este de hoy. De ninguna forma añora el
pasado y no padece del aislamiento familiar.
El protagonista se encanta de esta evolución y ni
por asomo desearía volver atrás, su generosidad conoce límites.
La última parte la dedica totalmente la autora al
sentimiento amplio de bienestar presente que va experimentando el protagonista.
Se siente a gusto, el lector percibe un sentimiento de satisfacción, de
felicidad, de beatitud, de ósmosis por parte de Santiago. Pone sus manos en los
bolsillos de su chaqueta, está deleitando el momento actual, en efecto se dice
que “ser profesor de historia moderna y contemporánea”
representa algo bastante bien. Es obvio que finalmente que “lo está consiguiendo”. Y está orgulloso.
“Todo estaba bien de
momento” en su existencia. Y para colmo de satisfacción encontró un
alquiler muy barato, “ bastante por debajo de sus posibilidades” en el famoso barrio
de Chueca ubicado en pleno centro de Madrid al
lado de la Gran vía. La elección de dicho barrio por parte de la autora
no es anodina. En efecto Chueca es un barrio donde se arremolina la gente en un
ambiente multicultural y desde los años 1990 es
conocido como el barrio gay más grande y famoso de toda España. Entonces aquí también la fractura
entre su vida presente y su vida pasada se halla intensificada. Lo aburrido de
su vida anterior en la que nada sucedía se ha sustituido en lo palpitante de
una vida perpetuamente en movimiento.
Realmente la vida le estaba sonriendo.
“¿ Para qué
necesitaba más?” La formulación de dicha pregunta subraya
sin embargo aquí lo fugitivo de la felicidad presente. En efecto Santiago acaba
de alcanzar una etapa muy importante en su existencia, pero sin duda tendrá que
aguantar muchas otras más ya que sólo está a principios de su vida de adulto.
.
En resumidas cuentas en este pasaje la novelista
Belén Gopegui quiso poner de manifiesto los
diferentes sentimientos experimentados por parte de un recién llegado en la
vida activa. El nacimiento doloroso de una nueva persona con sus creencias que consiguió huir
de un mundo muy pesante para él y que se satisface de lo obtenido. El problema
es de saber si todo eso le bastará en el porvenir.