ASALTO EN
LA NOCHE
“Asalto en la noche” es un fragmento de Buzón de tiempo, obra escrita por Mario Benedetti y publicada en 1999. Mario Benedetti
de nacionalidad uruguaya relata aquí el encuentro algo raro entre una viuda y
un ladrón.
Por una noche un ladrón se introduce en la casa de Doňa Valentina Palma de
Abreu, una viuda de 49 años. Así a las dos de la madrugada es despertada la
mujer por un ruido que parece salir del salón. Se encuentra con un ladrón que
está intentando robarla y contra toda previsión casi traban amistad ambos personajes.
Consta de tres partes el documento.
En una primera parte Mario Benedetti expone el
encuentro entre la viuda y el ladrón y presenta a los protagonistas física y
moralmente.
Luego, hace hincapié en una serenidad impensada a través de la conversación muy
jovial entre Doňa Valentina y el ladrón que se confiesa.
Por último la tercera parte se dedica al desenlace.
Como ya se ha dicho se trata de un encuentro algo raro. Al oír un ruido en su piso Doňa Valentina se
despierta y sin vacilar se levanta dirigiéndose
hacia el living. Claro está angustiada la mujer. Por eso camina “con pasos afelpados”. Al descubrir al hombre joven en
su salón, su reacción evidencia su inquietud. En efecto suelta un ¡ hola! furtivo. Lo súbito y la rapidez de la acción se nota
en la línea siete “ debido tal vez a la brevedad del saludo logró no tartamudear
”. A decir verdad su asombro dirige su reacción
y desde luego se puede decir que finalmente es una reacción en caliente
ya que lo que le viene a la mente es saludar en vez de gritar o escaparse, se
trata aquí más bien de un reflejo. Así es imprescindible subrayar que su
reacción es tan sorprendente como lo es este descubrimiento imprevisto en su salón.
Pues Doña Valentina queda muy quieta y en ningún momento a pesar de la situación demuestra su temor. Sin embargo el ambiente de la escena da escalofríos y un sentimiento de
incertidumbre poco a poco domina al lector. Por añadidura el momento en el que
sucede el acontecimiento es decir de noche no permite solucionar las cosas.
Ahora la intriga alcanza el punto culminante pero contra toda previsión ambos
protagonistas entablan una conversación.
En esta primera parte el escritor valiéndose de la
escena aprovecha la oportunidad para hacer el retrato de ambos personajes. Así
Doña Valentina es una mujer de 49 años, “viuda desde
sus 41”. Desde luego eso significa que es una mujer libre e
independiente y que suele arreglárselas sola sin la presencia y el amparo en
casa de un hombre. Se nota también que es una mujer acomodada ( “confortable piso”), ( “ tiene todo eso”). Y a lo largo del documento, se advierte
que es una mujer muy fuerte, una mujer de carácter que domina sus sentimientos
y su estoicismo confirma su sangre fría. Parece imprescindible subrayar que es también
una persona algo maquiavélica ya que aparentemente tiene un plan de
acción.
En cuanto al ladrón, se hace hincapié en que es “un hombre joven”, vestido de moda (“
vaqueros azules y
gabardina”) contrariamente a la mujer (“ en
camisón”). Parece ser un hombre educado (“ perdone”) y según él no es cualquier ladrón ( “mire señora, yo soy casi arquitecto”). Además quiere
ser casi todo un caballero, nunca amenaza con un arma ( “¿ Para qué necesito armas?”) porque tiene mucha
conciencia ( “averiguo siempre antes de llevar a cabo
una operación”). Asimismo tiene mucha sangre fría como la viuda, en
efecto no muestra sorpresa cuando se ilumina el salón sólo resulta algo
desconcertado ( “con expresión
de desconcierto”). Es un hombre que tiene seguridad en sí mismo ( “en estas lides soy bastante habilidoso”).
Parece ser también algo desvergonzado, contesta a las preguntas de la mujer sin
callar la verdadera razón de su visita nocturna (“Tenía
la intención de llevarme algunas cositas”). Su orgullo le juega sin
embargo una mala pasada ya que en vez de imponer sus propias condiciones acepta responder a su “hospedadora” y de pregunta en
respuesta sin saberlo cae en la trampa. Le sorprende la última pregunta de la
viuda y queda desconcertado (“ al hombre le llevó unos minutos acostumbrarse a esta nueva sorpresa,
pero al final asintió”).
En la segunda parte se instala la serenidad.
Los protagonistas entablan una conversación muy jovial y la inicia la viuda al
preguntarle al ladrón el motivo de su intrusión ( ¿ Y a qué se debe la
visita?”). Demuestra dicha pregunta que la viuda procura imponerse al
ladrón quiere llevar la voz cantante, en ello consiste su plan
de acción. Sabe ella que a veces las palabras valen
mucho y al hablar con el intruso quiere mostrarle que no resulta ella inquieta
para mejor doblarle. Le contesta el hombre y poco a poco se relaja el ambiente. Le
formula Doña Valentina una sucesión de preguntas y sin rodeos el hombre responde confiándose. Desde luego, primero la viuda desea saber cómo pudo entrar y rápidamente le
formula la pregunta más importante a saber “si está
armado”. Parece ofendido el hombre y le explica que no necesita él arma
ya que siempre prepara minuciosamente sus operaciones y claro esta vez
desafortunadamente no se informó bastante (“ no me informé bien”).
Al saber eso la mujer se tranquiliza. Incluso ironiza Doña valentina
: “ ¿ Qué cositas le habrían interesado?”
y “no es fácil largarse con un televisor de 22 pulgadas” , y “ ¿ Desde cuándo se dedica a una
profesión tan lucrativa y con tanto futuro?”.
El intruso empieza confiándose a la mujer
exponiéndole su situación. Revela que sólo suele robar pequeñas cosas fáciles
de transportar y que pueden invertirse sin problema. Además confiesa que roba
porque lo necesita ya que no tiene a padres o a tíos que puedan ayudarle. Y cuando
haya atesorado bastante dinero proyecta comprarse un taxi. Pero no abandonará
sus negocios ilícitos porque es un
hombre a quien le gusta vivir con desahogo y lo del taxi sólo será para mejorar
la vida.
Ya no hay inquietud, Doña valentina alcanzó su meta,
el hombre se fía de ella y se trata ahora de una conversación como si fueran
dos amigos platicando acerca del porvenir. Esta situación conduce directamente
al desenlace del fragmento.
Lo más que se puede decir es que el desenlace no corresponde
del todo a los desenlaces habituales en semejante situación. En general y desafortunadamente
la conclusión resulta mucho más infeliz . Pero aquí la
víctima sonríe y le propone una copa a su “agresor” y asiente él. Es obvio que el escritor supo privilegiar lo insólito
hasta el final del fragmento. Ni que decir tiene que existe cierta oposición
entre el desenlace y el titulo del pasaje : “asalto”.
Para concluir se puede decir que Mario Benedetti quiso hacer hincapié en la situación vigente en
Uruguay para los pobres y los intelectuales. Las escuelas privadas tales las de
arquitectura resultan muy caras. Por añadidura, la situación económica uruguaya
se encuentra fragilizada por el trabajo que escasea y para sobrevivir muchas veces tienen que
arreglárselas como lo pueden. En el caso presente el hombre joven se ha
convertido en ladrón e infelizmente sucede lo mismo para la mayoría. Así ¿
sería el robo la única manera de sobrevivir en Uruguay?
NB : Es interesante saber que después la viuda mata al intruso.
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