Una oferta estupenda
Este documento procede de Contra
el amor en compañía y otros relatos escrito por Carmen Riera en 2001; dos cartas lo constituyen.
A primera vista, ambas cartas quedan muy parecidas. En efecto el saludo
(“Estimado amigo/Estimada
amiga”) y la despedida (“saludos
amistosos/Salud”) parecen muy similares. Por añadidura los que las
escribieron poseen el mismo apellido (Macià),
entonces parece algo lógico pensar que tienen vínculos familiares. Aquí presuponemos
que se trata de una correspondencia personal y privada.
Pero al leer la primera carta se advierte, en el acto, que es en
realidad una oferta comercial sin solicitación previa y la segunda carta es la
contestación sin demora del destinatario.
El estudio de ambas cartas pondrá de relieve el contraste innegable
que se destaca entre la primera que más bien simboliza una trampa y la segunda
que refleja la sinceridad.
Primera carta:
Como ya se lo dijo esta carta es una publicidad por correo cuyo
objetivo es el de proponer una oferta especial, en este caso una “oferta estupenda”. Es una prospección directa y
consiste en despertar el interés del cliente potencial por la oferta. Claro, dichas
cartas tienen que presentar ciertas cualidades. En efecto, antes de todo, deben
ser originales, convincentes y fáciles de contestar para apetecer al blanco (la
cible).
Aquí la carta reúne dichas cualidades. En efecto, antes de todo
resulta una correspondencia muy original. El remitente (expéditeur)
se dirige al cliente potencial valiéndose de un tono muy amistoso (“estimado amigo”) como si lo conociera muy bien. En
realidad sólo intenta sacar partido de las debilidades del éste y para ganar su
confianza lo alaba diciéndole que ya sabe de buena tinta que es un hombre digno
de respeto por su patriotismo frente a Cataluña, y que como persona
generosa seguro que una vez más obrará
para el bien de Cataluña. Las alabanzas, claro, llaman la atención de la
persona y después el publicista puede ofrecer su producto en el acto sin
ninguna vergüenza.
En este caso la oferta propone una obra literaria prodigiosa llamada “La Gran Historia de la Sardana” y
adquirirla confirma su patriotismo catalán ya que “constituye
un documento sin par para la difusión de la danza más antigua de todas las
danzas”. Por añadidura fue escrita “por
importantes especialistas” “pensando en personas”
como él que se preocupan por Cataluña y su identidad.
Así una vez despierta la atención del cliente potencial, es preciso
convencerle de las ventajas que reúne el artículo añadiendo a la carta hechos,
datos o cifras que permiten comprobar la verdad de sus declaraciones. Y es práctica
corriente, adjuntar un descuento o un regalo adicional por respuesta afirmativa
y rápida.
Aquí en esta carta, se trata de
convencer al cliente detallándole el producto. La obra literaria es lujosa, “encuadernada en piel” y “con
cantos dorados”, cien ilustraciones la componen, lo que hace de ella una
“obra imprescindible”.
Regalarla o regalársela resultará una satisfacción absoluta.
Y lo más estupendo es que puede él adquirir esta “joya” por sólo la
mitad de su precio. Además no tiene que pagar la totalidad en seguida sino
únicamente la cantidad correspondiente al primer volumen cuando lo reciba y lo
restante unos meses después al recibir los otros dos volúmenes.
Por fin facilitan la respuesta añadiendo a la carta un boletín de
pedido. De esta manera le dan al cliente potencial la posibilidad de contestar
sin demasiada molestia ya que sólo tiene él que rellenarlo y mandarlo.
Y por contestación rápida (“antes de siete de días”)
“será obsequiado” el comprador “con una reproducción de la estatua de la Virgen de
Montserrat”. Entonces aquí intentan trabar otro vínculo con el cliente:
él de la religión y de su símbolo catalán. En efecto, la Virgen de Montserrat,
conocida como “la Moreneta” es la patrona de la
diócesis de Cataluña. Es el símbolo más popular de Cataluña y la veneran los
catalanes así como muchos creyentes. El monasterio de Montserrat se ha
convertido en un punto de peregrinaje y de visita para turistas.
Segunda carta:
El señor Vendrell contestó en el acto a la
señora Macià. No hacía ni una hora que había pasado
el cartero que respondió. El saludo como
ya se lo dijo es idéntico pero esta vez no es un saludo hipócrita. El señor Vendrell escribe lo que piensa realmente. Y sobre todo
escribe como piensa. Por eso tenemos acumulaciones de preguntas. A la inversa
de la primera carta transcribe sus ideas como vienen, sin organizarlas,
mezclándolas lo que da finalmente una correspondencia muy apasionante.
Al leer sus primeras palabras bien se ve que se figura que esta carta
es personal. Recibir este mensaje fue para él algo maravilloso. Cabe subrayar que el hombre finalmente hace casi un
monologo haciendo preguntas y repuestas. Lo que recalca su exaltación.
Así al ver la firma, se imagina que la señora Macià forma parte de su familia. Además de esto, ella
parece conocer muchos detalles a su propósito. Verdad es, hace resaltar el
interés del hombre por la “Cultura Catalana”, su “patriotismo” y su “generosidad”.
Supo ella dar en el blanco con lo del patriotismo y de la generosidad. En
efecto para una persona de edad cierta tales temas recuerdan algunos sucesos
históricos importantes que vivió personal e intensamente; claro eso no deja
indiferente.
De una cosa a otra se figura entonces que la señora Macià es la hija de su primo Pere
con el cual vivió en Argeles, en Francia, durante un
periodo muy agitado.
Además llevaba unos diez años sin recibir correo personal alguno, y
eso desde la muerte de “su hermano de la Argentina”.
El hombre piensa verdaderamente hablar con un próximo ya que no vacila
en mencionar a personas y acontecimientos personales de su vida pasada. A
través de estos detalles el lector se entera de que el hombre aguantó la guerra
civil española y sus crueldades. Formó parte con su primo de los que se
exiliaron a Francia; cuanto a su hermano, él, se exilió a Argentina. Y confiesa
que se exilió “por defender sus ideas”, se deduce entonces que era un republicano.
Regresó a Cataluña, pero su primo se quedó en Francia como lo hicieron muchos
refugiados políticos españoles.
De repente, una vez más, salta de una cosa a otra y ya se nota que lo del
regalo de la reproducción de la estatua de la Virgen de Montserrat dio en el
blanco. Por eso contesta tan rápidamente. Tener esta reproducción en casa para “una persona catalana de pura cepa” evidencia por una
parte su amor a Cataluña, claro, y por otra parte su convicción religiosa.
Temas primordiales para gente de esta edad.
En cuanto a la obra literaria, claro que la quisiera pero no tiene bastante
dinero para comprársela. Y para disculparse no vacila en exponer su situación
familiar y financiera y hasta confiesa la cantidad que cobra de jubilación. Añade
que para colmo su mujer y él conocen algunos problemas de salud.
Por fin el anciano se imagina que le va a contestar la señora Macià e insiste para que le diga ella en su próximo correo
si verdaderamente es hija de su primo Pere y le
recuerda también que está esperando su regalo.
Comparación de ambas cartas:
Lo que se destaca al analizar ambas cartas es que, finalmente, la
segunda llena de candidez y muy sincera destruye totalmente el objetivo de la
primera que queda tan artificial.
En efecto por lo que concierne la forma de la primera carta ya se nota
su tono grandilocuente y su estilo presumido. Es una carta muy pensada y
elaborada, con términos escogidos ya que tiene que dar en el blanco. No se destacan sentimientos, emoción o una
gotita de humanidad sólo hay indiferencia y hasta agresividad como en la
mayoría de estas publicidades.
Es verdad, aunque la publicidad contribuye indudablemente a fomentar
la expansión económica no pueden pasarse por alto los inconvenientes de sus
excesos, sobre todo el del avasallamiento del consumidor y, a veces, de su
sobreendeudamiento. Muy a menudo, valiéndose de argumentos mentirosos y
halagüeños, este tipo de publicidad directa por correo intenta sacar partido de
la ingenuidad de la gente y venderle sus productos. No importa si la persona
engañada puede realmente permitirse tales compras. El único refrán que vale en
este tipo de situación es: “el fin justifica los medios”.
Pero aquí “Irse por lana y
volver trasquilado” refleja muy bien lo ocurrido. Dio en el blanco la carta
pero no de la manera esperada. No obtuvo respuesta afirmativa por parte del
señor Vendrell. El viejecito no se dio cuenta de que
era una oferta publicitaria mandada a numerosas personas desconocidas pero
elegidas en un panel específico, no se dio cuenta de que los términos de la
señora Macià sólo eran mentiras y falsedades. Pensó
él realmente que recibió una carta muy amistosa, y le hizo tanta ilusión que
alguien pudiera pensar en él. Pero la fatalidad quiso que recibiera este correo
y que tuviera el mismo apellido que la expedidora.
Finalmente lo de la “oferta estupenda”
pasa por alto (passe sous silence). El hombre no se interesa realmente por el
producto. Sus preocupaciones resultan más importantes.
Está contentísimo, y su alegría es conmovedora para el lector. Por fin
éste traba amistad con él y experimenta indignación.
Así los publicistas no se asustan de nada para conseguir una meta. Es
lo que quiso demostrar Carmen Riera. El título de su obra ya es significativo y
al oponer estas dos cartas pone ella en tela de juicio los medios empleados por
la publicidad y sobre todo desvela lo absurdo de éstos. El anciano no se dio
cuenta de la trampa por su moralidad y sin quererlo ridiculiza totalmente al
mundo publicitario.