Los
sonidos del Spanglish
La oficina del censo de Estados Unidos informó que
para el año 2020 los latinos conformarán el mayor grupo minoritario de ese
país, superando a los negros y a los
asiáticos y totalizando una población superior a los 70 millones de
habitantes. Uno de cada cuatro estadounidenses será de ascendencia hispana.
Esta explosión demográfica probablemente transformará todos y cada uno de los
aspectos de la cultura y sociedad estadounidense, entre ellos el idioma. De
hecho, esta metamorfosis verbal ya se
está produciendo en la actualidad de una forma acelerada: el español - hablado
en este continente desde que los exploradores ibéricos colonizaron los
territorios que ocupan en la actualidad los estados de Florida, Nuevo México,
Texas y California - se ha convertido en un idioma ubicuo en las últimas
décadas. El español es el segundo idioma no oficial de la nación como lo
demuestra el hecho de que en Estados Unidos haya dos canales de televisión y
más de 265 estaciones de radio que
transmiten en nuestro idioma las 24 horas del día.
Sin embargo, el español no se está propagando de una
forma pura al norte del Río Grande. Una muestra de la "fiebre latina"
que se ha apoderado de Estados Unidos desde mediados de los años 80 es la
amalgama asombrosamente creativa hablada por los pueblos de ascendencia hispana
no sólo en las grandes ciudades sino en las áreas rurales; no es español ni
inglés sino un híbrido conocido como spanglish. El término y el impacto que ha
generado han despertado numerosas polémicas. ¿Habrá perdido español su pureza
de una forma irremediable como resultado de este proceso? ¿Acaso el inglés se
hará menos inglés en la lengua de los latinos? ¿El spanglish es un idioma
legítimo? ¿Quién lo utiliza y por qué?
Como pudiera esperarse, estas preguntas han
contribuido a crear una atmósfera de angustia y temor en los enclaves no
hispanos.
Sin embargo, el spanglish es la fuerza del destino,
una señal de originalidad. Aunque no se enseña en las escuelas, los niños y los
adolescentes de costa a costa lo aprenden diariamente en la mejor universidad
disponible: la vida misma.
Ilán Stavans, Revista Encuentro, Otoño de 2000
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